Antes de estrellarse contra el suelo,
la miró con asombro.
Saltaremos juntos –le había asegurado la bella bellísima-.
Una. Dos. Y tres.
Y él se precipitó.
Y la bella bellísima le soltó la mano.
Y desde lo alto, asomada bellísima en azul,
le juró que le amaría
hasta
la
muerte.
Dulce Chacón.
Estaria genial si se hiciera un corto de este microrrelato, no creeis??
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