ESPÍRITU NAVIDEÑO
ELLA YA NO AGUANTABA MÁS, tanto agobio, tanto estrés,
¿dónde estaba el espíritu propio de aquellas fechas?
Para algunos profesores parecía no existir.
Siempre se había empeñado en sacar buenas notas,
pero ya estaba harta, harta de todo.
Solo quería acabar de una vez
y pasárselo bien en NAVIDAD.
Inés M. Sierra Díaz. 2º Bach. B
Me levanté con mucho sueño, vi a mi hermano dormido y pensé: todavía no han llegado los Reyes. Cuando de repente oigo un ruido extraño en el comedor, me acerco y veo a Papá Noel dejando los regalos montado en camello. Yo sorprendido le pregunté:
- ¿Qué haces aquí? ¡Hoy no es tu día!
- Ya lo sé, pero es que tu hermano Jimy, me ha pedido por carta que venga yo porque dice que los reyes no le gustan y como tú no crees en mí no has pedido ningún regalo y no te he traído nada.
A continuación, me acerco a la cocina y le saco unos polvorones porque pienso "Voy a quedar mal con este hombre". Miro por la rendija de la puerta y veo a Papá Noel cogiendo toda la comida que había en la mesa, cuando me dispongo a llevarle los polvorones me fijo que lleva el saco de los regalos lleno de comida y de cosas de valor y dice:
¡Feliz Navidad y próspero día que me queda!
Ahora sé realmente por qué Papá Noel está gordo.
Juan Diego Gallardo Sánchez. 2º ESO C.
Un niño llamado Tom, jugaba en su casa y se encontró una bolsa donde ponía REGALOS DE PAPÁ NOEL, pero no los quiso abrir. Al día siguiente el niño hizo una pregunta a su maestra: "Seño... ¿por qué ayer me encontré en mi casa los regalos de Papá Noel?". La maestra resondió: "Seguro que este año te has portado bien y él te los ha querido dar antes por si pasaba algo". El niño se fue para su mesa no muy convencido.
Al cabo de unos segundos, decidió volver a la mesa de la profe y le dijo: "Aunque también puede ser porque está gordo y antes de engorde más, me los ha dejado por si acaso no cabía por los pasillos". El niño se fue para su mesa muy convencido, mientras que la maestra le miraba con cara de admiración.
María Gallego Tena. 2º ESO C.
LLEVABA ONCE MESES ASÍ. Sin moverse, sin abrir los ojos. Únicamente sumido en su largo sueño. Su mujer y su hijo habían ido a verle los primeros meses, pero luego, dejaron de hacerlo. Los médicos dejaban caer sutiles pistas acerca de la solución: desconectarlo.
Ella aceptó. Su hijo se negó y prometió no volver a hablarle.
Esa noche, Nochebuena, ella salió con su nuevo novio. Por fin iban a heredarlo todo. Menudo regalo de Navidad. Cenaron, rieron y brindaron. Entonces sonó su móvil. Era su hijo. Seguro que iba a pedirle perdón por ser tan grosero con ella.
-Ha despertado, mamá. ¡Papá ha despertado! -le oyó gritar.
Ella dejó caer la copa. En efecto... menudo regalo de Navidad.
Inés M. Gómez Durán. 2º Bach. B