La literatura en los colegios debería ser un paréntesis dentro de la actividad diaria, una hora de sosiego en la que el alumno escucha, piensa en sus cosas o se duerme mientras el maestro lee en voz alta libros que no tienen por qué seguir el disparatado orden del canon escolar. (Daniel Pennac)

18 noviembre 2009

EL NOMBRE DE LA ROSA: ¿se puede matar por un libro?



Basada en la novela homónima de Umberto Eco, relata los crímenes acaecidos en la abadía. Dos monjes franciscanos se aproximan a un monasterio benedictino situado en lo alto de una colina. Son los primeros en llegar a una reunión cumbre de clérigos. En el monasterio se ha producido un asesinato y el abad le pide al hermano Williams (Sean Connery) que trate de resolver el caso pero sin entrar en la majestuosa biblioteca, orgullo del monasterio. Sin embargo la clave del asesinato está en la biblioteca.

La película se desarrolla a fines de la Edad Media, también denominada en algunos manuales como la Etapa Oscurantista y dónde el poder de la Iglesia y su manejo del conocimiento comenzaba a ser discutido.


Crisis y choque que se deja notar en otro de los hilos argumentales de la película: el enorme conflicto interno de la Iglesia católica ante una orden naciente, los franciscanos, que cuestionan de un modo radical la vida opulenta y acomodada de las altas autoridades eclesiásticas: juicios, persecuciones y censuras a quienes no estén de acuerdo con la doctrina oficial, algo que, tanto en política como en religión ha sido, lamentablemente, una constante histórica. La incapacidad de soportar la crítica, de admitir que alguien piense distinto. La misma intolerancia que provocará que un libro pueda llegar a matar. Que por un libro se pueda llegar a matar. Los obstáculos al libre pensamiento y el libre acceso a la cultura son también uno de los temas de la película: ese para nosotros perdido libro de Aristóteles, quemado en las llamas de la ignorancia y el autoritarismo vacío, sin fundamento.

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